Bahía de Banderas es la tercera bahía natural más grande en México, y está dividida entre dos estados: Jalisco, donde está Puerto Vallarta, y Nayarit, que empieza a 8 minutos al norte del aeropuerto internacional, en medio del Puente del Río Ameca.
El valle agrícola del Río Ameca y los centros mineros importantes en la Sierra le han dado a la cuidad un pasado muy interesante. El destino turístico, Puerto Vallarta, está limitado al norte por Punta Mita y en el sur por Cabo Corrientes.
Historia de Puerto Vallarta
Se conocen pocos detalles sobre la historia de la zona antes del siglo XIX. Hay algunas evidencias arqueológicas de que la zona pertenecía a la cultura Aztatlán. El valle fue nombrado Banderas por los estandartes de colores que llevan los nativos en la gran batalla entre ellos y Hernán Cortéz, en 1524.
Durante los siglos XVII y XVIII el Valle de Banderas y sus playas, así como la Bahía de Banderas sirvieron como sitios de reabastecimiento para las embarcaciones que buscaban refugio en la bahía. En 1851 un barquero de Cihuatlán que solía traer sal a la playa Los Muertos, se cansó de esperar a los arrieros y sus mulas que recogían su carga, porque a veces se tardaban días enteros. Entonces buscó establecerse en ese hermoso lugar, que él llamaría Las Peñas.
En ese tiempo el principal puerto de Jalisco estaba localizado en San Blas, pero la ruta de San Blas a la Sierra era muy inconveniente, haciendo a Puerto Vallarta una alternativa conveniente para embarcaciones pequeñas. Para mediados del siglo XIX, el pueblo ya tenía una población de turistas regulares. Las Peñas se desarrolló como una villa auto-sustentable en 1860, y en 1918 fue nombrada en honor a un ex gobernador del estado, Ignacio Vallarta.
En 1942 en la revista neoyorkina Modern Mexico apareció el primer anuncio vacacional de Puerto Vallarta, la publicidad ofrecía un vuelo desde Guadalajara a un “lugar primitivo de caza y pesca”. Reforzado por intensas campañas publicitarias, Mexicana lanzó la ruta Puerto Vallarta-Mazatlán-Los Ángeles en 1962.
Puerto Vallarta se posiciona en el mapa turístico
El director John Hudson filmó en 1963 la película “The Night of the Iguana” en un pequeño lugar al sur de Puerto Vallarta. Por primera vez recibió simultáneamente a grandes estrellas de Hollywood, celebridades nacionales e intelectuales internacionales. Deborah Kerr, Ava Gardner, Sue Lyon y Richard Burton constituían el elenco, que también incluyó a Emilio “El Indio” Fernández. Tennessee Williams, autor de “The Night of the Iguana” visitó el set con frecuencia.
Durante la filmación, los medios norteamericanos dieron una gran cobertura a la relación extramarital entre Elizabeth Taylor y Richard Burton. La publicidad puso a Puerto Vallarta en el mapa de los turistas de EU.
A finales de los 60’s y principios de los 70’s, fue dotado con la infraestructura necesaria de un desarrollo urbano y de un destino turístico moderno. El gobierno mexicano invirtió en el desarrollo de carreteras, el aeropuerto y la infraestructura de servicios públicos, haciendo Puerto Vallarta fácilmente accesible por transporte aéreo y terrestre por primera vez.
No fue sino hasta después de 1973 que empezó la construcción de los grandes hoteles. Tuvo un rápido crecimiento con grandes hoteles de lujo, culminando en 1980 con la apertura del Sheraton Bugambilias. En 1882 el peso mexicano se devaluó y Puerto Vallarta disfrutó de un periodo de prosperidad, se convirtió en una ganga para los turistas norteamericanos.
Para 1985 el flujo de turismo e inmigración demandaba, por un lado, la construcción de nuevos hoteles y por otra, el desarrollo de opciones residenciales para empleados y ejecutivos. Mientras más trabajadores llegaban a Puerto Vallarta para tratar de sacar provecho de la actividad turística en pleno auge, menos se hacía para adaptar la vivienda y la infraestructura. Durante fines de los 80’s la ciudad trabajó para aliviar la situación.
A comienzos de los años 90’s el desarrollo de otros destinos en México, como Ixtapa y Cancún provocó una caída en los viajes a Puerto Vallarta. Los esfuerzos de cada uno de los hoteles y restaurantes, agentes libres, propietarios de galerías, operadores turísticos y de guardianes del medio ambiente crearon el milagro necesario para que Puerto Vallarta se convirtiera en uno de los destinos de playa de clase mundial.
